#10 La gran oportunidad del periodismo
La mentada "crisis del periodismo" es solo el desmoronamiento de los viejos esquemas para ejercerlo. La sociedad sigue demandando profesionales que analicen, seleccionen, chequeen e interpreten
Se escribe mucho sobre el impacto que tienen los avances tecnológicos en los modelos de negocio de la comunicación y el periodismo.
Acá mismo hemos explorado algunas consecuencias, así como parte de los riesgos y desafíos que emergen, advirtiendo sobre el incremento de la cantidad y calidad de contenidos creados por IA, que parecerían dejarnos en la antesala de una “internet fantasma”.
Sin embargo, quiero abordar hoy una cuestión que me sorprende que no se mencione con mayor asiduidad y tiene que ver con la enorme oportunidad que tiene por delante el modelo de negocios del periodismo y la comunicación.
Analicemos, primero, el contexto…
1. Infoxicación
Internet, los smartphones y las redes han generado una “infoxicación”.
Este término, que une los conceptos de información e intoxicación, sintetiza cómo el incremento en los volúmenes de información que se produce y circula a diario en la era digital, genera una sobrecarga que hace imposible que esta pueda procesarse adecuadamente.
Y la cuestión viene en aumento.
Se calcula que desde el inicio de la escritura (cerca del 3500 a.C.) hasta el 2003 toda la información generada por la humanidad equivalía a 5 exabytes (1 exabyte = 1.000.000 de terabytes), mientras que solo en 2006 se generaron 161 exabytes.
Y siguió escalando: en 2014 se produjeron cerca de 1,2 zettabytes DIARIOS (1 zettabyte = 1.000 exabytes). En 2019 fueron 2,5 zettabytes por día y en 2024 se estima que será un promedio de 5,27 zettabytes diarios.
Las personas quedan, entonces, “infoxicadas” y, tal como explica el Digital News Report 2024, cada vez más “evitan deliberamente las noticias”.
2. Desconfianza
Uno de los pilares del periodismo y la comunicación es la confianza. Confianza en el medio, en el comunicador, en las fuentes de información que se consultan y en las interpretaciones que nos acercan.
No surge por ósmosis sino que se construye día a día, semana a semana, mes a mes. No es un camino veloz, ni sencillo. Menos aún en esta época en la que la gran mayoría de las instituciones de las democracias modernas padecen niveles de descrédito generalizados.
Y el periodismo no queda exento.
En 2023, Gallup registró descensos significativos en la confianza pública en 11 de las 16 instituciones que monitorea anualmente.
“Newspapers” y “Television news” están entre las 5 que proyectan menor confianza. A su vez, las grandes tecnológicas tocaron su piso histórico marcando apenas 26% de confianza.
Particularmente en el rubro “medios masivos” (diarios, tv y radio), se observa un piso histórico en los niveles de confianza a la vez que un incremento de la desconfianza.
El siguiente gráfico refleja de manera impactante la evolución de la confianza pública (¿o debería decir de la “desconfianza?🤔) en los medios de comunicación a lo largo de las últimas cinco décadas.
En los años 70’s, 80’s y 90’s, prevalecía un fuerte imaginario colectivo: “Si lo dice el diario, es verdad”. La credibilidad de los medios era casi incuestionable.
De hecho, hasta 2005, la confianza en los medios seguía siendo considerablemente alta, con un 50% de los estadounidenses confiando en la información que recibían. Solo un 37% comenzaba a cuestionar algunas publicaciones, mientras que un 12% mostraba desconfianza total.
Sin embargo, los datos recientes revelan un deterioro significativo.
Para 2023, apenas un 32% de la población mantiene esa confianza, mientras que la desconfianza ha crecido de manera notable: hoy, cuatro de cada diez personas no creen en absoluto en lo que publican los medios. Y los “paramedios” tienen mucho que ver.
Este cambio pone de relieve un giro en la percepción del público, que ahora ve a los medios con más escepticismo y como posibles generadores de desinformación.
El consultor Antoni Gutiérrez Rubí viene advirtiendo sobre el aumento generalizado del escepticismo y de la nostalgia - modo"todo tiempo pasado fue mejor”- y sobre la necesidad de construir confianza -puntualizo yo: en los políticos, los partidos, los medios de comunicación, la justicia, etc.- para estimular y robustecer las libertades democráticas.
3. Despersonalización y homogeneización
Es interesante este estudio que exploró la presencia del término IA en la descripción de distintos productos.
Los hallazgos indicaron que su incorporación “disminuye la intención de compra” y “sugieren que el efecto mediador negativo (…) fue más fuerte para productos de alto riesgo (vehículos automatizados, diagnósticos médicos y decisiones de inversión generadas por IA), en comparación con productos de bajo riesgo (una aspiradora o heladera)”.
Es decir, el incremento de las intermediaciones vía IA no cuenta aún con apoyos generalizados y masivos, sino que persisten “preocupaciones sobre posibles incógnitas, capacidades y vulnerabilidades de los algoritmos, así como cuestiones éticas relacionadas”.
En el envío pasado mencionamos cómo se utiliza la IA, entre otras cosas, para elaborar textos y cómo esas producciones parecen vacías, sin alma.
Se percibe que son el resultado de fórmulas matemáticas de estructuras narrativas predefinidas y, a fin de cuentas, eso despersonaliza, homogeiniza y, también, mina la confianza de las audiencias en esos emisores.
El catedrático Ramón Salaverría lo mencionó de forma mucho más precisa y potente: habló de una “renuncia de autoridad epistemológica” por parte de algunos profesionales de la información, que delegan tareas de gran relevancia en tecnologías como la IA generativa.
4. La erosión de la realidad
Hace algunas semanas hablamos de cómo el avance de la IA está erosionando los criterios de realidad. Bueno, acá un repaso de algunas noticias que reafirman el advenimiento de una nueva era:
Un grupo de investigadores dio a conocer que VALL-E 2, el más reciente sintetizador de voz de Microsoft, puede generar voces humanas creíbles y realistas a partir de prompts de texto. Luego de conocerse el paper en cuestión, la empresa detalló que VALL-E 2 alcanza la “paridad humana” por primera vez y que, de momento, su uso es exclusivo para investigaciones y que no tienen pensado incorporarlo en ningún producto ni expandir el acceso a su uso. Algunos medios especializados entendieron esto como una estrategia defensiva (“too dangerous to release”) en torno a sus posibles usos, sobre todo en un año electoral en los EE.UU.
Pasó hace más de un mes pero vale la pena. El Head of developer experience de OpenAI, Romain Huet, hizo una live-demo de cómo funciona el GPT-4o a través de la webcam. Lo que sucede en el minuto 1:53 en adelante, es tremendo.
En definitiva, cada vez es más difícil distinguir qué es real y qué no.
5. Oportuncrisis
En este contexto en la que el bombardeo informativo no cesa y nos abruma; en el que se multiplican las fake news y crecen los deep fakes; en el que la confianza en las instituciones, los medios y el periodismo mainstream andan por el piso; es imperiosa la necesidad de retomar las buenas prácticas periodísticas:
Alguien que distinga lo relevante frente a lo secundario/lo frívolo/lo efímero o, simplemente, lo entretenido.
Alguien que investigue, seleccione, compare y chequee la información.
Alguien que conozca de géneros y estilos de narración periodísticos.
Alguien que maneje plataformas, pueda adentrarse en el periodismo de datos y hacer un uso más dialógico de la IA.
Alguien que aborde la tarea como un trabajo multidisciplinar, en el que la creatividad y la innovación de formatos se requieren -casi- permanentemente.
Es decir, el periodismo debe hacer un doble movimiento de integración y diferenciación para poder capitalizarse bajo este escenario.
INTEGRACIÓN porque urge incorporar a la práctica diaria el sinnúmero de herramientas digitales, tecnológicas y, ahora, hijas de la IA, que nos permiten acceder a información, fuentes, comparar datos, etc. con una velocidad y facilidad imposible de imaginar 20 años atrás.
DIFERENCIACIÓN porque es preciso que cada medio elabore una estrategia comercial para posicionarse, crecer y expandirse. No siempre más periodistas brindarán mejores resultados. A veces, conviene balancear con expertos en marketing, ventas, management y estrategia, que nos ayuden a orientar y capitalizar nuestros esfuerzos.
Sabiendo siempre que el escenario cambió: los medios con más de 30 personas, serán cada vez menos. Lo que avanza es la capilarización de las audiencias y las comunidades.
6. Conversación continua
¡Hola! soy Martín Sosa, periodista y consultor en comunicación argentino. Tengo 36 años y 10 de experiencia en comunicación política, institucional y digital. Este es mi espacio para compartir noticias y análisis en torno a la coyuntura de la comunicación, la tecnología, la cultura y la política.
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Muy interesante todo esto y coincide bastante con el informe que saco Reuters este año.