#9 Más conectados pero más aislados
Los avances tecnológicos facilitaron la interacción y el contacto humano. Parte de su éxito residió ahí. Sin embargo, hoy, la tecnología se inmiscuye por doquier y, en lugar de acercarnos, nos separa
1. Factor común: lo humano
Durante las últimas décadas, la sociedad ha estado transitando una innumerable serie de cambios y transformaciones fruto del avance tecnológico: PC, teléfono celular, internet, smartphones y, ahora, la IA han trastocado nuestros hábitos y costumbres a un ritmo vertiginoso y en una profundidad aún desconocida.
No voy a adentrarme en enumerar ni describir esos cambios pero sí me interesa hacer foco en un factor común que ofició de motor en la expansión de estas tecnologías: la búsqueda de mayor interacción humana.
Los millennials lo recordamos bien: las PCs, los teléfonos celulares e internet dieron lugar a unas primeras comunicaciones cuyo único objetivo era establecer un intercambio entre dos puntos (lo que Roman Jakobson definió como la "Función fática"). Sin embargo, este ida y vuelta siempre estuvo motivado por compartir la fascinación por esa nueva herramienta con otros. Sabíamos que se abrían innumerables puertas para sentirnos más cerca de nuestros seres queridos.
Nos resultaba impresionante que uno se pudiese comunicar de forma directa e instantánea, a la vez que empezaba a rondar la idea de la conexión/disponibilidad permanente. Por fin podíamos comunicarnos con familiares que estaban de viaje por trabajo, con amigos que obtuvieron una beca y se mudaron al extranjero o con nuestros padres cuando viajábamos por meses de mochileros. Todos felices. Win-win. Las compañias telefónicas hacían publicidades sobre cómo se habían acortado las distancias y vivíamos en una suerte de “aldea global”.
2. Informarse para conversar con otros
Esta situación también se da en relación al consumo de noticias.
Numerosas investigaciones marcan, desde hace décadas, que uno de los principales motores del consumo informativo es la posibilidad de tener temas de conversación con otros.
Lo que realmente nos mueve es la necesidad de compartirlos con familiares, amigos, parejas, compañeros de clase o de trabajo.
Sin embargo, hoy surge con fuerza una tecnología que no busca estar al servicio del hombre, sino que aspira a mediar en todas sus actividades e incluso a reemplazarlo. Se observa en distintos planos pero puntualizaré lo que más conozco:
En el periodismo, empresas como Associated Press, Bloomberg, Forbes, BBC o China’s Xinhua han confirmado el uso de IA para la automatización de tareas y la aceleración de la generación de contenidos (otras aún no lo han manifestado abiertamente pero eso no implica que no las usen).
En las redes sociales, los contenidos generados por bots con IA están en plena expansión.
En la publicidad, ya circulan pruebas que hacen pensar que estamos en la antesala de una brutal transformación de la industria.
3. Back to basics
Así, la despersonalización avanza a pasos agigantados. Cada día, interactuamos más con máquinas y sus producciones, y menos con seres humanos. El periodismo y la comunicación en general se llenan de textos sin alma, creados por algoritmos, que carecen de emoción y personalidad.
Porque la IA puede producir miles de textos de forma más veloz que una persona, no hay dudas, pero difícilmente logre transmitir eso “noúmeno” que pueden alcanzar las producciones humanas.
La IA homogeiniza. Sus textos se parecen, se percibe que son el resultado de fórmulas matemáticas de estructuras narrativas predefinidas.
Por eso cuando interactuamos con un chatbot de atención al cliente o leemos una noticia generada por IA, sentimos que falta algo: la singularidad, la emoción, la empatía y la conexión humana están ausentes.
En lugar de sentirnos conectados, nos sentimos aislados y despersonalizados.
En lugar de dejar que la tecnología nos distancie y aisle, debemos volver a las fuentes que dinamizaron su impulso y apropiación masiva: haciendo de puente para acortar distancias, suprimir fronteras geográficas, temporales y facilitar la interacción y el contacto humano. Back to basics.
4. Conversación continua
¡Hola! soy Martín Sosa, periodista y consultor en comunicación argentino. Tengo 36 años y 10 de experiencia en comunicación política, institucional y digital. Desde hace algún tiempo que vengo pensando en crear un espacio en el cual pueda compartir noticias y análisis en torno a la coyuntura de la comunicación, la tecnología, la cultura y la política y creo que llegó el momento. Si te interesan estos temas, podés suscribirte para recibirlos en tu mail.
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