#23 Trump y su mensaje entre líneas a China: ¿ecos de Yarvin?
Aunque solo la mencionó dos veces, las implicancias de sus palabras van más allá del comercio o la diplomacia y resuenan con postulados del controvertido pensador norteamericano
Hola ¿cómo estás? espero que bien.
Estoy poniéndome al día con varias lecturas que me fui guardando durante mis vacaciones.
Posteos de substacks, hilos en X, artículos que me mandé a mí mismo por whatsapp 😜, etc.
Y mientras hacía eso, Trump asumió nuevamente la presidencia de los EE.UU.
Su discurso captó mi atención por su aparente simplicidad, pero también por los mensajes subterráneos que dejaba escapar.
Uno de esos mensajes está directamente relacionado con China, un actor que aparece menos en palabras que en intenciones.
Aunque se refirió a ella solo dos veces, las implicancias van más allá del comercio o la diplomacia.
Además, sus palabras se entrelazan con una narrativa más amplia sobre poder, tecnología y soberanía que, curiosamente, resuena con las ideas de Curtis Yarvin.
1. Las palabras
Trump no lo hizo tan explícito pero el principal destinatario de su discurso de asunción fue China.
La mencionó directamente mientras hablaba de la situación del canal de Panamá. Allí dijo:
“…China está operando el Canal de Panamá, y nosotros no se lo entregamos a China, se lo entregamos a Panamá. Y lo vamos a recuperar."
Además, siguiendo con lo que en este espacio hemos compartido en torno al vínculo entre desarrollo tecnológico y la política internacional, Trump reafirmó su posicionamiento de 2017, en el que dispuso medidas que tensaron la situación comercial con China.
Por entonces, él y su equipo miraban con recelo que, a través de la BRI (Belt and Road Initiative), China haya tendido lazos con numerosas naciones (se estima que, al día de hoy, China es el principal socio comercial de más de 130 países).
Ayer, Trump hizo hincapié en la necesidad de devolver a EE.UU. su “grandeza”, a través de la explotación de sus recursos naturales ("perforaremos, sí, perforaremos"), el regreso de la industria manufacturera al país (“EE.UU. volverá a ser una nación manufacturera”) y enfatizando en que “tenemos algo que ninguna otra nación manufacturera tendrá jamás: la mayor cantidad de petróleo y gas de cualquier país en la Tierra, y vamos a usarla. Vamos a usarla".
Recordemos que, en la última década, China alcanzó los 400 millones de habitantes ubicados en sectores medios, lo que vigorizó el mercado interno e impulsó la mano de obra calificada.
Como bien señala el ex embajador argentino en China, Sabino Vaca Narvaja, “cuando China permitía a las empresas de Estados Unidos generar cierta complementariedad, relocalizar sus empresas por la cuestión salarial con respecto a las horas del trabajo por hombre, le generó ciertas condiciones y se establecieron un montón de empresas. Ahora, cuando empezó a competir en bienes manufacturados y pasó a ser el principal proveedor de bienes del mundo, lo empezó a situar como contendiente estratégico".
Esta puja se puede percibir cuando Trump hizo referencia a reformas comerciales y de aranceles:
“Comenzaré de inmediato la reforma de nuestro sistema de comercio para proteger a los trabajadores y familias estadounidenses (…) Para este propósito, estamos estableciendo el Servicio de Ingresos Externos, que recaudará todos los aranceles, derechos y tributos. Serán enormes cantidades de dinero ingresando al tesoro, provenientes de fuentes extranjeras."
2. El subtexto
Sobre el final de su discurso, el flamante Presidente dijo:
“Seremos prósperos, estaremos orgullosos, seremos fuertes y ganaremos como nunca antes. No seremos conquistados, no seremos intimidados, no seremos quebrantados y no fracasaremos”.
Uno podría preguntarse: Conquistados/intimidados/quebrantados ¿por quiénes?
Una vez más, se refería a China.
Esta omisión puede interpretarse como una manera de no darle tanta centralidad al gigante asiático, pero dejando claro que todas las menciones al comercio, la energía y la industria apuntan a enfrentar su influencia.
En esa misma línea podemos ubicar la mención a renombrar el “golfo de México” como “golfo de américa” y, también los dichos de las últimas semanas en torno a la posible añexión de Canadá (como Estado n°51) y de Groenlandia a los EE.UU.
Estos 3 mensajes buscan marcar, desde lo discursivo, un claro límite a China en la región de influencia de los EE.UU.
3. Yarvin y el postulado de concentrar poder
Me fue imposible no asociar las palabras del 47° presidente norteamericano a lo que, desde hace tiempo, viene señalando Curtis Yarvin.
Yarvin es un bloguero/intelectual estadounidense, que tiene su propio sitio acá en substack, padrino del movimiento red pill, y que viene escalando en el nivel de influencia que tiene en el arco político de la derecha norteamericana.
Conocido por su teoría de la “catedral” y su crítica al sistema democrático, ha planteado que las élites controlan una serie de instituciones descentralizadas (universidades, medios, ONGs, etc.) con el fin de promover la ideología progresista y mantener el statu quo.
Además de darle cierto corpus teórico a algunos posicionamientos políticos, Yarvin plantea, sin rodeos, que EE.UU. debe tener una monarquía. Lo dice sin titubear, sabiendo el impacto que tienen sus palabras.
Este fin de semana salió una extensa entrevista que le realizó el New York Times en la que, entre muchas cosas -digo porque debe haber sido difícil elegir cómo titularla-, señaló: “Democracy is done”.
Su planteo podría sintetizarse en que los EE.UU. han perdido el rumbo porque la democracia ha dividido demasiado el poder y que para ser la principal potencia mundial, el gobierno debe volver a concentrarlo para poder llevar adelante cambios significativos, de lo contrario, hay idas y vueltas, se pierde tiempo, el poder se desgasta y el país pierde liderazgo.
Como decía, se me hizo difícil escuchar a Trump y no asociarlo a estos postulados de Yarvin. Más aún cuando uno veía a los hombres más ricos del mundo y a gran parte de la elite tecnológica global presentes en su asunción.
Por si fuera poco, la Corte Suprema le sirvió en bandeja una Executive order para restaurar Tik Tok en territorio norteamericano y sumar puntos en materia de “free speech”.
Es decir, lo que este segundo mandato de Trump parece estar diciendo es:
China no tiene partido demócrata ni republicano, tiene partido único.
La justicia, la maneja el partido.
El poder legislativo es unicameral y reúne a cerca de 3000 miembros, una vez al año, en la Asamblea Popular Nacional, que suele ratificar los proyectos y lineamientos del PCCh.
Al poder económico, lo disciplina el partido (Jack Ma, Ren Zhiqiang, etc.)
A la prensa, la disciplina el partido.
A las redes sociales e internet, también.
EE.UU. está compitiendo y viéndose desafiada por China en numerosos aspectos.
Si no quieren que perdamos el tren, tienen que darme todo el poder, de lo contrario, China -que sí tiene todo ese poder concentrado- nos vencerá y los EE.UU. perderán la “grandeza” y el “liderazgo” con el que se erigió como potencia tras la segunda guerra mundial.
21 de enero de 2025:
el partido republicano está 100% encolumnado Trump, cosa que no sucedió en su anterior gestión
el PR tiene mayoría en la cámara de representantes y en el senado
la Corte tiene una inclinación conservadora, tras sus nombramientos en su anterior gestión
contrario a 2017-2021, los popes de silicon valley parecen estar a sus pies
Una nueva época comienza…
4. Conversación continua
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