#14 El verdadero peligro de la erosión de la realidad
Se habla mucho de fake news y deep fakes pero muy poco sobre las consecuencias indirectas y a mediano plazo que estos fenómenos generan a nivel individual y social
1. El cóctel perfecto
Cuando estudiaba periodismo, hace unos 12 años, se los llamaba engaños, distorsiones, falseos, operaciones o, directamente, mentiras.
Luego se les empezó a llamar “fake news”.
Con el desarrollo de la IA, llegaron las ediciones de video o audio que crean contenido falso pero mucho más realista, los famosos “deepfakes”.
El ritmo de transmisión de la información actual (sea verdadera o no) permitió que piezas falsas (sean escritas, fotográficas, sonoras o audiovisuales) se propaguen entre millones de personas en un santiamén.
Al falseo realista y la inmediatez de su difusión y circulación, se le añadió un factor común que se observa en diversos estudios sobre audiencias y consumo de información: el sesgo de confirmación.
Este fenómeno se apalanca también por las redes sociales y sus algoritmos, que personalizan el contenido, mostrándoles a las personas noticias que coinciden con sus ideas, opiniones, valores y preferencias preexistentes -burbujas informativas- y fomentan mayor polarización.
¿Por qué es importante esto? porque el deseo de las audiencias de reafirmar sus creencias es el gran motor de su rápida propagación. Es su combustible, su catalizador.
Así se construye el cóctel perfecto para una avanzada de la erosión de la realidad.
Algo mencionamos sobre el asunto cuando hablamos de la gran oportunidad del periodismo y el camino hacia la internet fantasma.
2. El problema de fondo de la erosión de la realidad
En ese contexto, la IA continúa perfeccionándose (hoy ya es capaz de esto, esto, esto, esto, esto y esto, y alcanzó la paridad humana en voz) y será cada vez más difícil distinguir qué es real y qué no.
Solemos escuchar que todos estos fenómenos son parte de los desafíos que enfrentan el periodismo y las sociedades occidentales.
Sin embargo, a medida que avanza el tiempo, resulta plausible pensar que, en lugar de consolidarse una mirada crítica, apoyada en herramientas de verificación de la información, podría arraigarse una duda constante y una desconfianza generalizada hacia todo lo que vemos o escuchamos.
Y es ahí donde existe un enorme desafío a mediano plazo.
Hace años que los comunicadores advertimos sobre el peligro de que la gente sea engañada y tome como verdaderas las mentiras, pero hemos prestado poca atención en qué sucederá cuando no podamos convencerlos que lo verdadero es verdadero.
Si en algunos años el escepticismo extremo se convierte en regla e ingresamos en una crisis de credibilidad global ¿qué sucedería?
Las sociedades democráticas se han erigido sobre la base de la confianza en un sistema con determinadas instituciones, pautas, leyes y normas de funcionamiento y de participación.
¿Es posible vivir en un contexto en que TODO se pone en duda?
No tengo la respuesta, pero me parece importante no perder de vista el asunto de cara a lo que viene…
3. Conversación continua
¡Hola! soy Martín Sosa, periodista y consultor en comunicación argentino. Tengo 36 años y 10 de experiencia en comunicación política, institucional y digital.
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