#16 Geopolítica y desarrollo tecnológico - I 🇺🇸
Ningún país que aspire a ser un actor relevante en el escenario global puede prescindir de la búsqueda de un desarrollo tecnológico de punta. Primer envío con una aproximación al caso de EE.UU.
Ya hemos hablado acá del estrecho vínculo entre el desarrollo tecnológico y la arena política global.
De cómo, a medida que avanza, se van moldeando nuevos esquemas para la actividad económica, lo que a su vez genera importantes cambios en los modos de interacción social así como también exige reformas permanentes a los Estados en pos de garantizar la seguridad nacional.
Por eso resulta interesante repasar cuáles son las principales empresas tecnológicas del mundo, así como sus principales activos y qué posición ocupan en el ajedrez de la política internacional.
1. EE.UU. y el liderazgo tecnológico
El top 3 de estas grandes empresas tecnológicas globales son:
Apple: valuada en 3.4 billones de USD.
Continúa liderando el mercado con una fuerte demanda de sus productos, especialmente el iPhone, y un crecimiento en servicios como Apple Music y Apple TV+.
NVIDIA: valuada en 2.7 billones de USD.
Ha visto un crecimiento explosivo, impulsado por la demanda de sus GPUs para inteligencia artificial y videojuegos (Los GPUs son unidades de procesamiento por imágenes. Circuitos electrónicos diseñados para acelerar el procesamiento por computadora de gráficos e imágenes en una variedad de dispositivos, incluidas las tarjetas de video, placas base, teléfonos móviles y computadoras personales).
Microsoft: valuada en 2.4 billones de USD.
Se beneficia de su sólida posición en software y servicios en la nube, especialmente con Azure, a pesar de algunas desaceleraciones en el crecimiento.
Luego del podio vienen:
Alphabet: valuada en 2.1 billones de USD.
Su diversificación en servicios de publicidad digital y computación en la nube ha mantenido su relevancia en el mercado. Sus principales filiales son Google (y todas sus vertientes), Youtube y, mirando a corto plazo, seguir de cerca Deepmind (conocido en estos días por su protagonismo en el reciente nobel de química) y Waymo (vehículos autónomos que ya realizan unos 100.000 viajes semanales en San Francisco, Phoenix y continúan expandiéndose).
Amazon: valuada en 1.9 billones de USD.
A pesar de algunos desafíos, sigue siendo un líder en comercio electrónico y servicios en la nube a través de AWS.
Meta Platforms: valuada en 1.2 billones de USD.
A pesar de enfrentar críticas sobre privacidad, sigue siendo un jugador clave en redes sociales. Incluye: Whatsapp, Instagram, Facebook, Threads, LLaMA etc.
Como vemos, hasta ahí, todas empresas de capitales estadounidenses, todas de renombre para el gran público y en la frontera tecnológica de cada una de sus áreas.
Nada aún de China ni mucho menos de la Unión Europea, zanjada -pareciera- ante una legislación demasiado restrictiva de la IA.
Especialistas como Javier Pastor también lo habían advertido hace unos meses, al postular la idea de un desarrollo de la IA “en dos velocidades”, en el que la UE saldría perdiendo por su “obsesión reguladora”.
Hace poco se sumó el informe “Competitividad de la UE”, elaborado por el ex pdte del Banco Central Europeo (2011-2019) y ex mandamás italiano (2021-2022) Mario Draghi.
“El punto de Draghi es que si la IA es la tecnología clave en todas las categorías, la debilidad europea en ella puede hacer que perdamos incluso las industrias en las que somos líderes” destaca Antonio Ortiz en .
La Comisión Europea renovó sus autoridades hace un mes nomás y no está del todo claro si el informe Draghi será un bodoque de más de 300 páginas de puras denuncias y advertencias que pasará al olvido o si ganará protagonismo y será un activo para repensar el esquema normativo de la IA en la UE.
Como en el póker, wait and see…
2. Liderazgo político y liderazgo tecnológico
La séptima empresa tecnológica más valuada del mundo no es estadounidense, ni europea.
Es asiática, pero no es china.
Es taiwanesa: la Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC).
TSMC: valuada en 1 billón de USD.
Concentra una cuota de mercado cercana al 60% en la fabricación de semiconductores (chips y microchips), esencial para diversas industrias tecnológicas, quintuplicando a Samsung (coreana) que posee cerca del 12%.
Hace dos años hubo una gran polémica porque Nancy Pelosi (por entonces Pdta de la cámara de representantes de EE.UU.) se reunió en Taiwan con el presidente de TSMC, Mark Liu, para convencerlo de abrir nuevas filiales en EE.UU. y Europa.
La guerra ruso-ucraniana tenía apenas seis meses y los posibles escenarios de crisis global por desabastecimiento energéticos pisaban con fuerza.
En ese marco, se evaluó que de escalar el conflicto China-Taiwan las principales empresas del rubro tecnológico, automotriz, aeroespacial y de defensa de EE.UU. y Europa quedarían en stand-by por falta de chips y microchips.
A la par, el Congreso estadounidense estaba aprobando la “CHIPS ans Science Act”.
Una legislación que impulsó una inversión de 280.000 millones de USD de parte del gobierno federal, de los cuales 52.000 millones de USD se destinan específicamente para la manufactura e investigación de semiconductores en suelo estadounidense.
La página oficial de la Casa Blanca describe, sin rodeos, los objetivos de la ley:
“La Ley CHIPS y Ciencia impulsará la investigación, el desarrollo y la producción de semiconductores en EE.UU., asegurando el liderazgo estadounidense en la tecnología que constituye la base de todo, desde automóviles hasta electrodomésticos y sistemas de defensa. EE.UU. inventó el semiconductor, pero hoy produce aproximadamente el 10% del suministro mundial, y ninguno de los chips más avanzados. En su lugar, dependemos de Asia Oriental para el 75% de la producción global”.
“La ley también garantizará que EE.UU. mantenga y avance su ventaja científica y tecnológica. A mediados de la década de 1960, en el apogeo de la carrera hacia la luna, el gobierno federal invirtió el 2% del PBI en I+D. Para 2020, esa cifra había caído a menos del 1%. El crecimiento económico y la prosperidad de los últimos 40 años se han concentrado en unas pocas regiones en las costas, dejando a demasiadas comunidades rezagadas. La Ley CHIPS y Ciencia garantizará que el futuro se fabrique en TODO EE.UU. y abrirá oportunidades en ciencia y tecnología para aquellos que han sido históricamente excluidos”.
La “CHIPS and Science Act” deja a las claras que EE.UU. es conciente que no hay liderazgo global posible sin liderazgo tecnológico y, a la vez, que no hay liderazgo tecnológico si hay dependencia tecnológica.
Podríamos añadir, además, que no hay políticas de independencia y soberanía tecnológica, sin Estados fuertes.
Capaces de promover créditos y/o subvenciones que impulsen a los grandes jugadores a invertir en tu geografía y no en otra.
3. ¿EE.UU. potencia de semiconductores para 2030?
En la actualidad, TSMC posee 8 plantas de producción de piezas con wafers de 12 pulgadas (6 en Taiwan, 1 en Japón y 1 en China); 6 plantas de piezas con wafers de 8 pulgadas (4 en Taiwan, 1 en China y 1 en EE.UU.) y 1 planta de piezas con wafers de 6 pulgadas en Taiwan.
Obviamente, mientras más pequeña la pieza, más valiosa es ya que la complejidad de su diseño, sus circuitos, sus materiales y su escalabilidad es aún mayor.
Apoyados en esta legislación que le otorgará más de 6.600 millones de USD en subvenciones y más de 5.000 millones de USD en préstamos es que TSMC incrementa su inversión en suelo estadounidense y planea tener 4 plantas activas para 2030.
Incluida una para el desarrollo de piezas de 2 nanómetros, las más avanzadas hasta el momento.
En el comunicado oficial, la empresa taiwanesa detalló: “la primera fábrica de TSMC en Arizona está en camino de comenzar la producción utilizando tecnología de 4 nm en la primera mitad de 2025. La segunda fábrica producirá la tecnología de proceso más avanzada del mundo, de 2 nm, con transistores de nanosheet de próxima generación, además de la previamente anunciada tecnología de 3 nm, con producción a partir de 2028. La tercera fábrica producirá chips utilizando procesos de 2 nm o más avanzados, con producción comenzando para finales de la década."
Además, en pos de ampliar mercados y diversificar su producción geográfica, se estima que TSMC tendrá una planta en Dresde (Alemania) para 2027 bajo el paraguas de ESMC (European Semiconductor Manufacturing Company).
Amparados en la Ley de chips europea, que busca producir en suelo europeo el 20% de los semiconductores para 2030, TSMC tendrá 70% de la propiedad de ESMC mientras que Bosch, Infineon y NXP (alemana, alemana y neerlandesa) tendrán 10% cada una.
Esta proyección, de realizarse sin demasiados contratiempos, descomprimiría la criticidad actual en torno a la inmensa concentración de producción de semiconductores en Taiwan.
PD1: Seguiremos con nuevas entregas sobre este tema en el futuro, adentrándonos en las principales líneas de desarrollo tecnológico chino.
PD2: En este envío inauguramos el uso de notebookLM, el generador de podcast de google. Pueden probarlo cliqueando en el botón de “Play” en el extremo superior derecho.
4. Conversación continua
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